lunes, 26 de enero de 2009

Performance Segunda Guerra Mundial

Llevamos ya un tiempo anunciando que íbamos a hacer una performance con motivo de lo trabajado en el primer trimestre: la Segunda Guerra Mundial.

Pues bien, ese día ya llegó. La performance fue llevada a cabo el viernes pasado (23/01/09) y ahora nos toca a nosotros explicar que nos pareció.

Nos pide nuestro profesor que contemos todo lo que se nos ocurra acerca de la performance: sentimientos antes y después, anécdotas, cómo se llevó a cabo etc.
Pues bien, intentaré contar todo esto que nos pide.

Primero voy a contar cómo se llevó a cabo la performance y una vez acabado esto empezaré a hablar más personalmente.

La performance se llevó a cabo en el Salón de actos de nuestro instituto. Los grupos encargados del montaje y de la performance en sí han estado ocupados con la ornamentación del salón. Ellos se han encargado, junto con Miguel, de colocar todos los cuadros con las fotos, de montar el escenario con lo necesario para representar las escenas del campo de concentración…

Junto con nosotros, nuestros compañeros de 4º ESO de arte han expuesto también algunos carteles creados por ellos. Carteles donde se recogían imágenes en contra de la guerra y de todo lo que esta conlleva.

El procedimiento a seguir fue el siguiente. En la puerta de entrada se quedarían dos personas que tendrían que ir dejando pasar a la gente en grupos de tres en tres. Estas tres personas irían pasando de puesto en puesto y serían atendidos por diferentes monitoras, y así sucesivamente hasta completar ese curso. En total la exposición contaba con carteles de información sobre los trabajos que fuimos haciendo durante el primer trimestre, los carteles de los alumnos de cuarto, fotografías reales de la guerra contrastadas por nosotros mismos cuando tuvimos que hacer fotos en contra de la guerra y por último estaba la representación de la vida en un campo de concentración. En el salón de actos se seguía ese mismo orden que acabo de exponer.

Cuando prácticamente todo los alumnos del curso que estuviese en ese momento se encontraba frente al escenario comenzaba la acción. Unos médicos se encargarían de despertar a todos los prisioneros judíos, una vez despiertos pasarían una etapa de no hacer nada, solo estar sentados. A continuación empezaban a traer la comida y los judíos debían abalanzarse contra ella si querían comer, aunque debíamos tener en mente que en esas circunstancias no tendríamos fuerzas ni para movernos ágilmente. Por último, los médicos hacían formar a los judíos en filas y decidían que individuos debían pasar por un examen médico. Aquellos judíos que no consiguiesen pasar el examen irían derechos a las cámaras de gas (que estaban en la parte trasera del escenario).

Una vez hecho todo esto, los alumnos visitantes recogían una hoja de Lengua Trapera (creada también a conciencia de repartirla ese mismo día) y se iban. Que los alumnos se marchasen implicaba que debíamos volver a preparar todo porque seguidamente iba a entrar un nuevo curso.

Repetimos todo el proceso alrededor de 20 veces. Quizás las últimas veces resultaban ya un poco monótonas pero daba igual. La ocasión lo merecía. Otro dato más es que todos estábamos identificados con una estrella de David excepto de algunos que llevaban la cruz gamada característica del nazismo.

Antes de comenzar se dijo que en cuanto terminásemos empezaríamos a recoger el salón de actos y que debíamos guardar todo lo que allí había en la Sala de reuniones del centro. También nos encargamos de dejar el Salón de actos tal y como estaba días antes, cuando aun no estaba modificado para la performance.

Hasta ahí el resumen de lo que hicimos ese día, a continuación hablaré sobre mis impresiones personales.

Entre las opciones que teníamos para escoger (ser judío/a, ser monitor/a para explicar la exposición, portero/a, encargado/a de aparatos de video y PC’s…) yo elegí desde un principio vestirme como judío. Entre otras cosas porque creo que hablar con la gente que va entrando no se me daría del todo bien, aunque todo es cuestión de ponerse.

Una vez encima del escenario intentas meterte en el papel pero es algo difícil ya que el simple hecho de que sabes que te están mirando hace que te entre la risa. Pero yo creo, que más o menos, supe llevar eso. En ningún momento me sentí nervioso, ni antes de empezar, ni cuando estábamos en ello y mucho menos cuando terminamos.

Empezamos desde temprano, a las 8 y media de la mañana para ser más exacto. Estábamos allí desde las 8 para empezar con los últimos preparativos, vestirnos y poco más.

En general yo me lo pasé bien, quitando dos o tres detalles como el calorcillo que hacía debajo de esas mantas y por la aglomeración de gente…

Miguel nos lo decía antes de hacer la performance. Nos decía: “¿Y cuándo lo contéis a los demás? Cuando se lo digáis a la gente, que habéis participado en algo como esto. Entonces es cuando sentiréis la satisfacción de haberlo hecho.”
Y tenía razón, todo el mundo nos ha dicho que estuvo muy bien la exposición y que no hubo fallos ni nada por el estilo. Verdaderamente es una buena experiencia y estoy contento por haberla vivido. Además, hasta el propio alcalde del pueblo vino a vernos.

Al final de la performance si hubo ciertos contratiempos ya que algunos de fueron y no cumplieron la tarea de ayudar a recoger el salón de actos. Pero bueno, ya recibirán su correspondiente amonestación por parte del profesor.

En conclusión, una buena experiencia vivida en compañía de las amistades y que estuvo realmente bien.

Hasta la próxima.


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