domingo, 8 de marzo de 2009


Buenas tardes a todos.

Vuelta al blog después de una semana en la que no comentamos ya que no hubo clase ese martes.

Esta semana entregamos el presupuesto del viaje a Londres de nuestro grupo (recuerdo que los otros tres grupos de nuestra clase tenían diferente destino). Pero hablo de un presupuesto diferente al que entregamos la semana pasada, el de esta misma era diferente ya que el plan del viaje lo realizamos los componentes del grupo, es decir, buscamos el vuelo, el hotel y las visitas nosotros mismos, partiendo del presupuesto que nos entregamos en la agencia de viajes.
Además del presupuesto, realizamos el informe del mismo, como ya hicimos en el caso del trabajo de la II Guerra Mundial.

Con lo que respecta a la clase no hay mucho que comentar puesto que toda la hora la ocupamos viendo la película que comenzamos hace dos semanas: "Indiana Jones en busca del arca perdida".
La tarea que nos encomendó al salir de clase fue resumir lo que habíamos visto de película en la actualización del blog, como hicimos en la pasada. También incluiríamos en esta entrada una redacción sobre nuestra experiencia en el Carnaval, fiesta que nos ha ocupado, especialmente, el fin de semana pasado.
En un e-mail que posteriormente envió nos informó de los siguientes trabajos que realizaríamos como son la preparación de un viaje desde Amsterdam hasta nuestro pueblo, Medina Sidonia, con todo incluido: vuelo, transporte, hotel, visitas, folletos turísticos...

Puesto que creo que no hay nada más que comentar por esta vez, terminaré la actualización con el resumen del trozo de película visto y la redacción sobre el Carnaval.

Indiana Jones en busca del arca perdida

Hace dos semanas nos quedamos en la visita que recibió Indiana en la universidad donde impartía clases. En esta pequeña reunión con tres personas más hablaron sobre el arca perdida, su importancia y el papel que toma en la II Guerra Mundial.

Después de esto, Indiana es invitado a colaborar con los Estados Unidos buscando para ellos el arca perdida. Acepta y tras ser advertido por un amigo sobre los peligros, parte hacía un bar propiedad de una mujer que tuvo una relación sentimental con él, por lo que se deduce del guión. Esta mujer es hija de un antiguo arqueólogo, que fue profesor de Indiana.
El encuentro con esta mujer se debe a que ella posee un medallón valioso que guarda relación con el arca perdida.

Tras discutir, ella acepta y viaja con él a Egipto donde contacta con un excavador famoso que le informa sobre la situación en la que se encuentra la ciudad, que sufre enormes excavaciones por parte de otro arqueólogo, que trabaja para Alemania.

En una visita por la ciudad, secuestran a Marion (la chica de la que hablaba) y tras intentar salvarla, el propio Indiana ve como la furgoneta en la que iba explota y da a Marion por muerta.

En realidad, los que capturaron a Marion buscaban también a Indiana, mandados por parte de los nazis, que no quieren que nadie ni nada se interponga entre ellos y el arca que buscan.

Indiana y el excavador que se encuentra de su parte empiezan a estudiar el medallón que poseía Marion y se adentran dentro de la excavación que llevaban a cabo vestidos como los trabajadores del lugar.
Salah (el excavador) acompaña a Indiana y este último entra en una especie de cueva que tiene como entrada un pequeño orificio en el techo. Desde ahí, con la ayuda de un báculo y del medallón, la luz del sol proyecta una especie de luz que indica un punto en la ciudad, no sabemos si en ese punto se encuentra el arca.

Se dirigen a ese punto Salah, Indiana y un grupo de trabajadores y comienzan a escavar hasta que dan con una entrada, también por el techo, a un espacio enorme lleno de serpientes.
Indiana desciende y tras él Salah. Cuando habían andado, dan con una especie de tumba que, al abrirla, desprende una luz. 

Hasta aquí dura el fragmento que vimos en clase. Queda saber si dentro de ese lugar se escondía el arca, una trampa, una tumba o qué otra cosa. Se revelará en la próxima actualización.


Mis carnavales

Esta semana pasada ha tenido gran importancia a diferencia de los demás. Se celebró el carnaval y con él nos acompañó un magnífico puente de nada más y nada menos que cinco días. Qué gloria...
En la Alameda se instaló una carpa que funcionó la otra semana anterior pero realmente la fiesta se guardaba para el sábado.

Tras la cabalgata, que va desde el pabellón que está en el Barrio hasta el ayuntamiento, todos nos reunimos en nuestras casas para descansar, comer y disfrazarnos. En mi caso, nos juntamos seis personas contando conmigo en mi casa. Allí nos terminamos de disfrazar, de pintar y también comimos algo.

Sobre las doce de la noche salimos hacia el Caminillo, donde todos los jóvenes se reunen. Ahí estuve hasta las cuatro menos cuarto de la mañana, ya que a las cuatro era la hora límite a la que debía estar en mi casa.
Aunque yo no fui, sobre esa hora en la que me recogí, la gente empezó a subir hacia la Alameda, pasando por el Central, que dispone una barra en la calle San Juan y donde se paran la gente a bailar. Cuando pasan el Central siguen a la carpa que instalaron en la plaza, y allí se divierten bailando con la compañía de un DJ.
El domingo que sigue, una vez me duché, comí y estando ya un tanto descansada, salí a dar una vuelta pero no me encontraba con demasiados ánimos debido al cansancio que tenía, que no era normal. Fuimos a L'Antigua, pub de la zona, donde jugamos al billar y merendamos. Sin duda fue la mejor parte del domingo.

El sábado anterior, cuando se celebraron los Carnavales de Cádiz también salí, pero no había el mismo ambiente. Ese domingo siguiente se realizó el pasacalles infantil.

Bueno, estos han sido mis fiestas. Me gustan mucho los Carnavales y la manera en que se viven en mi provincia pero, quizás, por pereza, nunca me curro el disfraz lo suficiente como para sentirme orgullosa.
Este año rescaté del baúl de antaño un disfraz de mi padre de un año que iba de animadora. Falda roja y capa roja... Directamente la palabra "Caperucita" apareció por mi mente, sólo me faltaba un gorro que fácilmente hice con restos de tela y pegué a la capa. Unas calzas blancas con lazo rojo, zapatos negros cómodos y una blusa y listo, disfraz de Caperucita realizado en tiempo récord.
No han sido los mejores Carnavales porque el año pasado me recogí a la misma hora y este, esperaba al menos una hora más, pero no. Me enfadé muchísimo y eso que conseguí dos horas más de plazo (mi madre me dijo que a las dos, se me vino el mundo abajo). No lo veía justo. Y sigo sin verlo. Chicas y chicos mucho más pequeños que yo se quedaron sin hora ese sábado, porque es un día especial, es Carnaval y todo el mundo se divierte.
El caso es que me perdí la fiesta del Central y la Carpa. Y lo peor: que todo el mundo te venga contando lo que pasó cuando tú no estabas.

En mi familia mi padre siempre ha sido muy aficionado a estas fiestas y mis hermanas y sus novios se vestían cada año de diferentes personajes. Siempre lo he vivido con muchas ganas. 
Pero el tiempo que no pasa en balde ha hecho que mi padre deje de disfrazarse, mi madre no sienta presión por tener un disfraz para la niña y mis hermanas sientan pasión por dormir antes de las doce. Ya no es lo mismo.
Es cierto que la edad que nos diferencia es muy grande y por eso sus gustos no coinciden con los míos, pero bueno, pienso y me reconforto a mí misma sabiendo que dentro de poco tendré la mayoría de edad y podré salir hasta más tarde (que ya sé que es una tontería, pero soy adolescente, y el quedarme hasta tarde en la calla me llena, no sé por qué nos pasa a todos los jóvenes.

En fin, aquí se encuentra una pequeña parte de lo que ha pasado en estos días de fiesta y la relación que mantengo con ella, que resumiendo se puede llamar amistosa.

Espero que no haya resultado demasiado pesado. Pasen buena semana y hasta pronto.

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